«Lee atentamente la historia para comprender los hechos vividos por un ciudadano harto de la situación»

Lunes 4 de Marzo 2019 ; Lo que leerás a continuación es la cruda realidad vivida durante la jornada de este lunes, por una comunidad cansada de los abusos y el mal proceder de algunos policías ; Christian Montecinos San Martín, lo describió de la siguiente manera ; Así nos sentimos los residentes de la Villa Pablo Neruda de #Linares que anoche, cerca de las 23 horas, comenzamos a llamar a Carabineros para denunciar a un vecino que, en el antejardín de su casa escuchaba música con el volumen muy alto, gritando groserías y amenazando a quien osase acusarlo con la policía.

Claramente estaba, como muchas veces, ebrio. Y es que no es la primera vez que esta persona causa desorden estando bajo los efectos del alcohol. A menudo el trago lo transforma en un energúmeno.

Víctimas de sus arrebatos son los propios miembros de su familia, a quienes ha golpeado en varias ocasiones. Bien lo sabe Carabineros que ha venido a su casa –en rigor la que arrienda hace más de un año- cerca de 8/9 veces.

Lo cierto es que ayer, cerca de la medianoche, este “vecino”
seguía escuchando música con volumen elevado, impidiendo
que los residentes pudiesen descansar. Tras insistentes llamados al 133, una patrulla llegó al domicilio del inculpado.
Lejos de intimidarse, el hombre mantuvo el volumen alto del equipo de música y antes de escuchar cualquier instrucción de Carabineros señaló “Estoy en mi casa. Acá hago lo que quiero. Dígame quién fue el vecino *** que los llamó”. Los efectivos policiales, que seguramente lo conocen bien, pues han venido varias veces a este hogar por desorden y agresiones, lo conminaron a bajar el volumen. El hombre hizo caso omiso y carabineros sólo respondió con un “Bien. Enviaremos los antecedentes al tribunal”, retirándose rápidamente del lugar.

Sin importarle la advertencia policial, esta persona puso la música con volumen aún más alto y gritando amenazas a viva voz a los vecinos.

Siendo las 00:45, los residentes volvimos a llamar al 133 de Carabineros para pedirles que, por favor, regresaran y pusieran fin a esta molesta situación.
En mi caso, la señorita que me atendió al teléfono me dijo que llamara al cuadrante, porque ella no podía hacer más. Al comunicarme con la unidad policial del sector, me aclararon que ya tenían los antecedentes del caso, pero que no podían hacer nada.

-Señor. Nosotros no podemos entrar a la casa de este caballero y apagarle la radio.
– Y entonces, ¿A quién recurro para poner término a los ruidos molestos, desordenes y amenazas que protagoniza este caballero?
– Vaya a la Junta de Vecinos, porque es un problema netamente social.

Me sentí ofendido con la respuesta. Una tomadura de pelo.

– O sea, ¿no van a venir?
– Es que ya le dije que nosotros ya realizamos el procedimiento necesario. No podemos hacer nada más.
– Pero si no hicieron nada.
– Señor. Usted está mal al decir que no hicimos nada. Es irresponsable. Además esto deben solucionarlo con la junta de vecinos. Discúlpeme que lo diga, pero usted no sabe cómo se efectúan los procedimientos.
– “Discúlpeme entonces por mi “ignorancia”. Veo que lo he incomodado pidiéndole solucionar algo que no les corresponde; que no es parte de sus procedimientos… Así que lo mejor es decirle simplemente buenas noches”, le contesté con ironía.

Minutos más tarde, y cuando la música seguía a volumen alto, un vehículo llegaba a la casa del enloquecido y violento vecino. Era un miembro de su familia… Su hija. Escuchamos que lo increpó por estar ebrio y escuchando música tan fuerte. Cerraron la puerta y se escuchó una fuerte discusión con amenazas. Luego vinieron los golpes. Ruidos de azotes contra los muebles. Era el hombre que golpeaba a su hija, quien llorando lo amenazaba con llamar a Carabineros.
Preocupados con la situación, volvimos a llamar al teléfono del cuadrante policial.
En mi caso, volvió a responderme el sargento que me llamó “irresponsable” y se sintió ofendido por decir que no habían hecho nada.

– Hola, buenas noches. Acabo de hablar con usted por los desordenes en la Villa Pablo Neruda.
– Sí. Dígame
– ¿Será que ustedes proceden cuando la misma persona que acusamos por ruidos molestos y desorden golpea a alguien de su familia? (volví a usar algo de ironía, aunque estaba molesto). Sepa que el energúmeno que denunciamos está golpeando a su hija.
– Sí. Estamos en conocimiento. Va una patrulla al lugar.

La unidad policial llegó 10 minutos después. Tarde para encontrar al responsable del desorden y los golpes en casa. Y es que, luego de la pelea, él había salido raudo, justamente para eludir a Carabineros.

Lo más llamativo viene ahora. La patrulla estuvo cerca de 7 minutos fuera de la casa del acusado, y no bajó ningún efectivo para cerciorarse si hubo o no una pelea, o –más importante aún- si había alguien herido. Al fin y al cabo, pasaba a ser más importante que el ruido y el desorden, la integridad física de una persona. Aún más siendo mujer.

Pasado el tiempo, la patrulla simplemente se fue.

Créanme. Hace tiempo no me sentía tan indignado, avergonzado, decepcionado y desprotegido.
Y sí. Lo señalo con mucha responsabilidad: Hubo un caso de una persona ebria que desde las 23:00 a las 01:40 tenía el volumen de su equipo de música con el volumen alto, mientras gritaba improperios y amenazas, que luego desafió a la autoridad policial, después golpeó violentamente a su hija, se escapó y carabineros, pese a haber estado fuera del lugar de los hechos, NO HIZO NADA». Finalizó el texto escrito por Montecinos

Radio Tropical Latina buscará versión de Carabineros, frente a la situación descrita por el Periodista Cristian Montecinos y tener clara una acusación de negligencia policial frente a lo acontecido, lo más grave a juicio de San Martín, que hasta el cierre de esta nota el violento sujeto no está en calidad de detenido y seguirá sembrando terror a vecinos y a su propia familia.
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